Nicolas Etcheto: á bloc!

El primer partido de la tarde había finalizado hace un rato cuando apareció por el paseo de cancha un exultante Nicolás Etcheto. Los aficionados se le acercaban y le felicitaban. Él respondía con una enorme sonrisa y con cuantas explicaciones fueran necesarias, a propios y extraños. Nicolás Etcheto había ganado su partido con la ayuda de Barandika y no ocultaba su felicidad. Continue reading

Una tarde de gloria en la plaza de Cabanillas

Mi querido Arturo Bandini, el pasado domingo estuve en un pueblo que te gustaría conocer. Está situado al sur de Navarra, en la Ribera, cerca de Aragón. Llegamos a la hora de la siesta y el pueblo dormía. Casas bajas, las calles vacías. Soplaba un viento que, después supe, los lugareños llaman el cierzo. Lo primero que me vino a la cabeza fue que en invierno tiene que hacer mucho frío. A primera vista parecía un pueblo fantasma del Lejano Oeste americano donde se desarrollan historias como las que tú cuentas en tus películas. Aparcamos el coche después de dar varias vueltas por el pueblo buscando el polideportivo. Lo hicimos frente a las piscinas, junto al bar “El Chiringuito”, cerrado también. Bajamos las ventanillas, retrasamos el respaldo del asiento, y nos dispusimos, también nosotros, a echarnos una pequeña siesta. Faltaba todavía una hora para que diera comienzo la función en el frontón y Cabanillas dormía. Continue reading

Barandika-Lekerika: Campeones II Memorial Elola

He llegado a Tolosa con tiempo, como a mi me gusta. Buena temperatura para esta época del año, 16 grados; se nota cuando el viento sopla del sur. Aparco sin problemas en la zona del barrio San Esteban. Camino sin prisas, al tun-tun, hacia la plaza de toros. Aquí, en ese local habia una una tienda de ultramarinos, en ese otro un bar donde mi padre me mandaba sellar la quiniela de futbol. Paso junto al bar Cantábrico, lugar de culto para los aficionados a los deportes rurales, si sus paredes hablaran, vaya documental. Giro la cabeza a la derecha, ahí está la fachada, la casa donde vivi desde los seis años hasta que me fui a debutar a Zaragoza, es, era mejor dicho, la «Avenida del Generalisimo Franco», qué tiempos. Hago el recorrido que hacia para ir al colegio, Escuelas Pias, bordeando el río Oria, paso junto al domicilio donde vivía el entrañable Elola. Llego a la plaza del «Triangulo». Ya no está el colegio, lo trasladaron, ahora son pisos, han respetado la fachada. Se conserva el arco, la «Puerta de Castilla», que da paso al casco viejo de Tolosa. Giro a la izquierda y por la calle Rondilla me dirijo hacia el paseo San Francisco, el viejo Beotibar está cerca, justo pasar el convento de los Franciscanos, a cien metros. Diviso un cartel de gran tamaño, anuncia el II Memorial Elola, resuena la musica de unos altavoces, es un reclamo, gente a la entrada del frontón. Continue reading