Secuestro en el Casino-Fronton

Estaba amodorrado en el sofá después de comer escuchando las noticias del Teleberri. Se ilumina la pantalla de mi teléfono móvil. Aparece un nombre: Inspector Garro.

“¡Garrito!”, le digo antes de que se oiga voz alguna al otro lado.
“¿Cómo estás?”

“Fenómeno, Iñaxio”.
Es la voz alegre y jovial de Juan Angel.

Llevábamos meses sin hablarnos. Desde que se cerró el caso Cloty en el que el ex pelotari Magaña apareció asesinado en una cafetería de Gros, en Donostia.
Fue Garro el que resolvió los entresijos del asesinato del ex pelotari Magaña. El inspector llegó hasta el fondo y los gerifaltes del Partido no le perdonaron que su investigación implicara a varios altos cargos de Interior.
Como represalia lo destinaron a Amoroto, una aldea de Bizkaia de apenas 200 habitantes y donde rara vez ocurre algo salvo la desaparición de una vaca en circunstancias extrañas o alguna trifulca los sábados por la noche en la única tasca del pueblo.

“¿Cómo estás Garret? ¿Peso, colesterol, ácido úrico?”…
Sé que es inútil preguntarle por estas cuestiones, pero es una manera de iniciar la conversación.

“Fenomenal, todo bien, cuchillo, cuidándome más que nunca. Ni cuando fui a jugar a Bridgeport en el 76 he estado en mejor forma».
Sé que miente como un bellaco, siempre lo ha hecho en temas de salud y no le llevo la contraria.
“Me alegro”.

“¿Qué me cuentas, Garrito?.
“Necesito tu ayuda en un caso que me acaban de asignar”.
“Tú me dirás. Nos conocimos en Zaragoza hace 53 años y sabes que puedes contar conmigo para lo que haga falta y con total discreción”.

“Me llamaron de Interior, un alto cargo. Precisan de mis servicios para viajar a Dania este fin de semana. En concreto para velar por la seguridad de Goiko. Los de Interior han recibido un soplo de buenas fuentes en el que hay indicios serios, un plan, para secuestrar a Goikoetxea durante su estancia en Dania”…
“¡¿En Dania?!… No me lo puedo creer”, le digo.

Me han asignado el caso por mi pasado de ex player, mi experiencia por aquellas tierras y los contactos que suponen yo mantengo.
Según el FBI y la policia del Estado alguna de las mafias que operan en el Sur de Florida pueden estar envueltas en el posible secuestro.
“No me jodas, Garret. ¿Secuestrar a Goiko? ¿Cuando viaja a Florida para despedirse de los aficionados que lo veneran?

Están acojonados en la Jaurlaritza, en Talahasee y en el frontón de Dania. Los argentinos, según el intendente Benny, están pensando en suspender la presencia de Goiko. Lo que ocurre es que para ver jugar y despedir al King hay un par de aviones fletados de Connecticut y varios autobuses de Daytona, Tampa, Orlando, Quincy… los hoteles desde Boca Ratón hasta Miami Beach han colgado el No Vacancy. Imagínate el descalabro que supone de repente mandarlo todo al carajo.
No hay constancia de qué grupo de la mafia en cuestión: cubana, venezolana o haitiana, está detrás pero parece que la cosa va en serio”.

¡”Ajá”!
“Ahora me explico”, le digo. “Ahora encajan las piezas. El silencio de la visita de Goiko a Dania y el mes que va a jugar Lekerika. No he leído una sola línea en los medios tanto escritos como en la redes sociales de Euskadi sobre la despedida del zumaiarra en tierra americana. Ni siquiera en la retransmisión del Winter Series del lunes pasado en el que jugaba Goiko hicieron mención alguna los comentaristas…
“Discreción total”, me dice Garret. “Ordenes de arriba”.
“Silencio sepulcral”, le contesto. “Lógico, con lo que hay en juego”.

“Garret. Cuenta conmigo para lo que haga falta”.

El inspector Garro va a encabezar la expedición formada por Goikoetxea, un cámara, un técnico de sonido y el encargado de dirigir la producción. Ya que el motivo, el primordial —según Benny, de la presencia del as de la cesta punta en Dania es grabar imágenes para un documental que están confeccionando sobre su carrera. Qué mejor set de rodaje que el frontón de Dania donde Goiko va a jugar el fin de semana para inmortalizar su despedida del jai alai americano.

“Voy a llevar a dos agentes de mi absoluta confianza, dos ertzainas de Amoroto. Además, vamos a contar con el apoyo del FBI una vez en tierra americana, y la total plantilla de la seguridad del casino Dania. Vamos a organizar una buena movida para que no le pase nada al bueno de Goiko y pueda regresar a Euskadi sin sobresaltos”.

Garret sabe que he estado en Dania recientemente, en dos ocasiones. Que conozco las costumbres de los pelotaris y el ambiente en el que se mueven.
El inspector quiere saber de antemano cuales pueden ser los puntos calientes para un posible secuestro.

“Dentro del frontón”, le digo, “los secuestradores lo tienen complicado. Es una ratonera. Tiene dos entradas. Una, la principal, nada más acceder al casino. Otra, al fondo de las gradas, se puede entrar del casino y, una vez dentro la puerta que da a la jaula. Luego está la que da a vestuarios en un lateral del edificio, si colocas un par de hombres en esa puerta no hay dios que la franquee salvo que entren a saco en plan mafia albana-cosovar.
Otra posibilidad, más remota, que los delincuentes se infiltren en el público durante la función y en un descuido intenten entrar por la puerta de la jaula que da acceso a los vestuarios.

Toma nota de estos nombres. Sería conveniente hables con Jesus Olivera, Steve “The Hook”, Gquinn16 y Ray Haluska que no se pierden una función, por si han visto elementos sospechosos los últimos días. Como sabes mejor que yo estos golpes no se preparan de un día para otro, seguro que han andado merodeando por las gradas.
“Benny”, me dice Garret. “¿Habrá sospechado algo?”

“Olvídate. Se pasa la función fuera de su oficina. Metido en el booth del anunciador. Le das un micrófono y a Fidel Castro le hubiera dejado chiquito. Le encanta dirigirse a los cholkis por YouTube y hablarles de Aparicio y de Epifanio y de su participación en el campeonato del mundo de Gernika que hizo pareja con Félix”.

“Cuando esté Goiko en la jaula”, le digo a Garret, “vestido de pelotari con el casco puede parecer irreconocible, pero dado su corpachón, los secuestradores no lo tendrán complicado para distinguirlo sobre todo si está sentado entre Bixente y Cabanillas, el contraste es brutal. Por si las moscas coloca a tus dos hombres en ese punto”.

De repente me viene a la cabeza otra posibilidad.
Toma nota, Garret.

“Los sábados después de la función se organiza una quedada en el parking de los pelotaris, el tailgate que llaman los americanos. Alguien abre el portón del portamaletas y de un cooler va sacando cervezas para los pelotaris, familiares y amigos. Aquello parece un pincho-pote a la americana, tremendo ambiente de camaradería.
Ahí sí que los secuestradores la pueden armar. Date cuenta que es un espacio libre, algo alejado del edificio y un tanto oscuro.
Una banda de profesionales llega con varias pickups y rodean al grupo. Sacan las pipas y las metralletas y en un abrir y cerrar de ojos se llevan a Goiko.
Mucho ojo con el tailgate, le recalco las palabra poniendo el mayor énfasis posible.

Existe otra posibilidad, Ostolaza, el veterano del cuadro, gusta de organizar unos paris en su casa, los domingos después de las quinielas, ya sabes, como en nuestros tiempos”….
“No me jodas, Iñaxio, que todavía siguen esas costumbres”…
“Igual- igual que un tus tiempos de Daytona cuando arrasabas en esas fiestas.
Te cobran 20 o 30 pesos por un plato de paella y un par de cervezas y partida de mus y lo que se tercie después. Normalmente los rezagados del party acaban en casa de Jairo, ocurre a menudo.

Imagínate, en plena fiesta entre plato y trago que irrumpan los malhechores dispuestos a todo.
Yo colocaría el yate de Ostolaza pegado a la puerta y un par de agentes en la proa vigilando y rodearía la casa con agentes de refuerzo, el shérif de Dania y sus ayudantes, el FBI y tus muchachos de Amoroto. Otra posibilidad es suspender por fuerza mayor el party en casa de Ostolaza, un quebradero de cabeza menos.

Garret agradece mis observaciones.
Antes de despedirnos le pregunto si viaja en bisnes. Me contesta que no. Viaja en clase turista y con Air Europa. Le digo que se prepare. Que lleve unos bocatas porque va a pasar más hambre que carracuca.
Suelta una carcajada.
“Me mandan en turista, pero lo tengo todo preparado. Unas bandejas de ibérico al vacío, un par de fiambreras: una de lengua en salsa y en la otra unas cocochas de merluza. La petaca con escach que no falte.
Esas ratas de Interior a mi no me joden”.

Nos despedimos, le deseo suerte y le pido que me mantenga informado.
“Aquí me tienes, para lo que haga falta”.

Tras la conversación me asaltan las incógnitas. ¿Quién carajo estará detrás de esta trama?
¿Gente de Milei que quiere chingar a los argentinos dueños del Casino Dania Beach?
Un secuestro de una figura del jai-alai en plena función… vaya desprestigio.
¿Móviles económicos mediante secuestro esprés a la haitiana?
Me duele la cabeza.

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