Los Pradera y los Castro

“Oye Garrito”, le digo al inspector. “Si Magaña y Guillermo aceptan la propuesta de la mafia, la historia del jai-alai hubiera cambiado radicalmente”.
“Imagínate”, acomodándose en la silla estiró las piernas y cruzó las manazas en su regazo. “Es algo imprevisible. Difícil respuesta. Pura especulación. A la mafia solo le interesaba ganar dinero, controlar los negocios. Tal ve hubiera ayudado a expandir el jai-alai por todo EEUU, o tal vez, no. El verdadero enemigo de los frontones han sido los casinos. Además, si la mafia pone sus garras en el jai-alai, hubieran llegado los amaños en la cancha. Si algo ha permitido que el jai-alai se mantenga durante casi un siglo ha sido la honradez de los pelotaris; aunque el 99% del público crea que las quinielas están arregladas”. Continue reading

El tablero de corcho

Después de interrogar a Cloty nos pertrechamos de comida en el Ezkurra y el restaurante japonés. Ensaladilla rusa y sushi en abundancia. Al entrar en comisaría, Garro saludó a su ayudante con la cabeza, para entonces Pascual había apagado apresuradamente el porro que se estaba fumando. El vestíbulo apestaba a yerba.
Nos dimos un atracón, mejor dicho, la mayor parte se llevó el inspector. A mí con una ración de ensaladilla me bastaba. Pasaba de sushi, esos pedazos de salmón, pescado crudo… me echaba para atrás. “Cómo se nota que no has vivido en Oriente”, me dijo Garro mientras se tragaba el último pedazo de salmón empapado en salsa de soja. Se había pimplado la botella de txakolí y varios lamparones resaltaban a la altura del pecho de su guayabera. Después de la ingesta se le veía de muchos mejor humor. A través del interfono llamó a Pascual y le pidió un par de cafés. “El mío, como siempre, bien cargado”. Continue reading

Nuevas revelaciones en el caso Café-Cloty

Nos habíamos citado en Casa Vergara. Haríamos una ronda de pinchos y después iríamos a Café-Cloty para interrogar a la dueña. Desde que Garro pidió el traslado de Amoroto a Donostia, hacía tres meses, a la comisaría de Gros en concreto, no había mañana que no hiciera el mismo recorrido: Casa Vergara, Hidalgo, Senra… una docena de pinchos, media de txakolís y se iba a echar la siesta a la comisaría. Y, de paso, a reflexionar sobre el caso que tuviera entre manos. Continue reading

Aparece un cadáver en el Café-Cloty

A eso de las diez de la mañana caminaba por la calle Berminghan cuando vi pasar varios coches de la Ertzaintza a toda velocidad y con las sirenas a todo meter. Doblaron por San Francisco a pesar de ser peatonal y a los pocos segundos los perdí de vista.
Apresuré el paso y el corazón me dio un vuelco al comprobar la cantidad de patrullas y el gentío arremolinado en los alrededores de Café-Cloty. La policía había justo acordonado la zona y la cantidad de curiosos iba en aumento.
A empujones y codazos fui abriéndome camino entre la gente hasta llegar a la cinta policial. “Ha aparecido un hombre muerto dentro de la cafetería”, oí cómo le decía una señora mayor a otra de su misma edad. “Válgame Dios ¡qué horror!”, santiguándose. Continue reading