Luz sobre los frontones en Egipto

La historia de los frontones en Egipto es una de las más desconocidas en el mundo del jai alai. Sabemos poco más que hubo dos frontones funcionando en ese país a comienzos del siglo pasado, uno en El Cairo y otro en Alejandría. Algunas fotos sueltas y algún que otro testimonio como el de Daniel Guridi, quien jugó en ambos frontones en los años veinte del siglo pasado. Es más, es a través de una entrevista publicada en la revista «Pelota», un monográfico sobre pelotaris de Arrasate, publicado por Pilotarien Batzarra, en la que Guridi cuenta historias de su vida, sin incluir la parte que más abajo voy a relatar. Probablemente, por falta de espacio esa parte no llegó a publicarse. Líneas que, a la postre, arrojan un poco de luz sobre el misterio de los frontones egipcios.

Me gusta ir a la oficina que tiene Pilotarien Batzarra en el frontón Atano III en Donostia, y curiosear en sus armarios, revolver papeles, admirar los posters del pasado, examinar programas de festivales y rescatar nombres de pelotaris semi olvidados. Tener en mis manos carpetas semi corroídas por el efecto de la humedad y el paso de los años. Tal vez, con la esperanza de dar con algún hallazgo. Curiosamente, en mi última incursión, abrí una de las carpetas y di con unos folios y fotografías sueltas, en una de ellas, reconozco a Daniel Guridi, «Guridi I». Sigo leyendo los papeles y para mi sorpresa, los folios incluyen la entrevista integra hecha a Guridi que antes mencionaba, la publicada en 1983 en Arrasate con motivo de la celebración anual de Pilotarien Batzarra en esa localidad.

Guridi cuenta a su entrevistador cómo debutó en Italia y al volver de ese país hizo la mili en Burgos. «Nada más terminar la mili me fui muy lejos, a Egipto, allí jugué en Alejandría y en El Cairo. Cuando yo llegué a El Cairo, el año 1925, Teodoro Jáuregi y Assadurian era los que regentaban los frontones de El Cairo y de Alejandría. Pero, en realidad, la que mandaba era Marga, una vasco-francesa, esbelta, de rostro anguloso, ojos de color castaño oscuro, de una personalidad arrolladora, muy simpática. No se si ella y Jauregi estaban casados, no lo creo, pero sí que hacían vida de matrimonio.

Guridi, por lo que cuenta, llegó a conocer a fondo a la pareja, por las descripciones que hace.

Teodoro Jáuregi nació en un caserío de la comarca de Markina, el año 1880, hijo de madre soltera, con diez años ingresó en el seminario de Derio (Bizkaia). En unas vacaciones vio jugar a cesta punta en el frontón de Markina y, a los pocos meses, abandonó su formación eclesiástica para integrar un cuadro de niños pelotaris, entre 12 y 13 años de edad, quienes debutaron en Madrid, en el frontón San Francisco el Grande. En el grupo de pelotaris de Markina se encontraban Arnedillo, los hermanos Barrenetxea, Genaro Arrate «Txorixe», «Prakaman» y otros de esa zona. De intendente fue el marquinés Pola, el que había sido gran rival de Chiquito de Eibar, a mano.

Jeanne Amélie Clerisse nació en Bayona el año 1893 –trece años más tarde que Jáuregi– hija de un magistrado que llegó a ser presidente del Tribunal de Bayona, y de Marie Diriart, miembro de una familia notarios y de médicos. De los cinco a los quince año fue expulsada de todos los colegios por donde pasó, a excepción de las Clarisas de Hondarribia, donde consiguió completar el año escolar. Es ahí, en ese colegio donde sus compañeras le empezaron a llamar Marga.

 

Jeanne Amélie se casó con un primo lejano suyo doce años mayor que ella, en realidad, un matrimonio de conveniencia. Poco duró su relación con Pierre d,Andurain. En una de sus visitas a San Sebastián la pareja acude al frontón Jai Alai donde jugaba Jauregi. Coincidieron cenando en el «Juanito Kojua» donde les presentaron. Marga se enamoró del pelotari, según relata Guridi.

Marga y su primo se separan y Marga, enfrentada a su familia, acompaña a Jauregi a la Argentina donde el de Markina actuó varias temporadas tanto en ese país como en Uruguay, Chile, Perú y Colombia. En su estancia en Argentina, Marga llegó a regentar un rancho donde se dedicó a la cría de caballos árabes.

Regresan del periplo americano el año 1924. Jauregi se retira como pelotari, tiene 44 años. Marga d,Andurain –nombre con el que se da a conocer donde vaya– hereda una fortuna de sus padres. Su carácter aventurero y emprendedor entra en una nueva fase. En un festival de grand chistera en San Juan de Luz la pareja conoce al embajador británico en Egipto, lord Graham. El diplomático habla maravillas de Egipto, un país dominado por los británicos que tras la Primera Guerra Mundial sufre grandes transformaciones. La dependencia de Gran Bretaña favoreció la puesta en pie de industrias de guerra para proveer a los ejércitos aliados. Egipto vive una época de esplendor. Les cuenta también que hay dos frontones funcionando pero sin sacarles el rendimiento que se espera de ellos, debido a una mala gestión. Un tal Assadurian, antiguo campeón de Egipto de boxeo, es el encargado de los frontones. Este Assadurian, años atrás, en una de sus peleas en Italia, conoció a un militar retirado, Giacomo Pagliarani, conocido como «Il Colonello», gerente del Frontón Diana de Milán, el introductor del jai alai en Italia –un hijo suyo, Giusseppe, jugaría como profesional. El boxeador, Assadurian, convenció al «Colonello» para que abriera un frontón en El Cairo.

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El nuevo frontón se construyó en los terrenos colindantes al Sporting Club, un prestigioso lugar de ocio concurrido por la colonia británica. La falta de iniciativa del «Colonello» y de Assadurian hizo que el frontón no llegara a cuajar en la ciudad. Hasta la llegada de Marga y de Jauregi.

Marga y Jauregi llegan a Egipto el año 1925. La vasco-francesa abre primero un salón de belleza, el Mary Stuart, con gran éxito. Al salón acuden las damas egipcias más ricas, esposas de oficiales británicos y algunos miembros de la realeza como la esposa del rey Fuad I. Marga y Jauregi se presentaban al público como los condes d,Andurain mientras disfrutan de una intensa vida social. Jauregi, con el dinero de Marga, había comprado a Pagliarani el 51% de las acciones. En adelante, Jauregi controla el negocio con Assadurian como segundo de abordo.

 

A partir de ese momento los dos frontones, el de El Cairo como el de Alejandria, sobre todo el primero, vivirán un esplendor difícil de imaginar. Es Marga y su personalidad arrolladora, a través de su salón de belleza, Mary Stuart, quien se encarga de captar la clientela más selecta y atraerla hacia el Sporting Club, al jai alai.

El interior de los frontones sufrió una gran transformación, decorados modernos y todas las comodidades. Las condiciones laborales de los pelotaris, a instancias de Marga y en contra de la voluntad de Jauregi, mejoraron sustancialmente, fueron mejorando el cuadro. Se organizaron torneos entre ambas ciudades.

La convivencia entre Marga y Jauregi estaba ya deteriorada para cuando llegó Guridi al Cairo. Ella a pesar del éxito continuaba fiel a sus raíces, sin que la grandeza se le subiera a la cabeza. Vivía como una aristócrata pero era espléndida con la gente humilde. Guridi recuerda cómo Marga hacía lo posible para conservar su euskera materno, un dialecto, el de Lapurdi, que al de Arrasate costaba entender. Todo lo contrario que Jauregi, un nuevo rico, con sus aires de grandeza fue renegando de sus raíces, su lengua materna y condición social, mostrando cada vez más simpatías hacia ideas politicas de derechas, como el propio Guridi comprobaría años más tarde cuando un Jauregi militante de la Falange ocasionó problemas en Shanghai y en Tianjin. No era mala persona Teodoro, yo creo que estaba acomplejado por ser hijo de madre soltera.

Los caminos de Marga y de Jauregi llegaron a un punto en el que cada uno fue escogiendo el propio. Jauregi veía los frontones de Egipto de gran importancia estratégica ya que le permitía acceder a las concesiones europeas en China. Según él, el futuro estaba en el gran país asiático. Los que les conocíamos de cerca, sin embargo, como era mi caso, sabíamos que era ella, Marga, la que preveía el mercado chino, como el siguiente paso para el jai alai. No solo eso sino que logró convencer al banquero francés Felix Bouvier para que invirtiera en China. El año 1928 Bouvier construyó un canódromo en la concesión francesa de Shanghai con una capacidad para 50.000″ personas. Un año más tarde, un 7 de febrero, se inauguraba el jai alai de Shanghai, Teodoro Jauregi al frente, el inseparable Hassadurian como segundo.

Ahora bien, al espíritu aventurero de Marga le esperaban otros destinos, antes de morir de éxito, de sucumbir a la monotonía, sueña en embarcarse en más aventuras. Según recuerda Guridi, la de Bayona se veía así misma como aquellos aguerridos capitanes de barcos vascos que iba surcando los mares.

Una conocida del Sporting Club, la baronesa Brault, la invitó a un viaje en compañía del mayor W. F. Sinclair, jefe del servicio de inteligencia británico en Haigh (Palestina). Marga aceptó.

Nunca más se volvieron a ver Marga y Jauregi. A éste ultimo le esperaba China; más tarde Manila.

Unos años más tarde, continúa Guridi con su relato. Jugué en Shanghai bajo las ordenes de Jauregi y de Assadurian. Teodoro nunca quiso hablar de Marga, mi impresión es de que no consiguió superar la separación. Yo creo que continuaba estando enamorado de Marga. No es de extrañar, era una mujer fascinante. Es más, el jai alai yo creo que le debe bastante, tenía un don visionario fuera de lo común.

Quien sabe si no es por ella, por sus contactos, nuestro deporte jamás hubiera pisado tierra china.

 

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