«Chiki» Salsamendi: Historia de pelotaris

A lo largo de la historia del jai-alai (la cesta-punta profesional) se han dado diferentes sagas de pelotaris. Algunas más conocidas que otras. Una de las más ilustres, los Salsamendi.
Para poder saber algo más de esta familia de puntistas he recurrido a un libro titulado Los Puentes de la Memoria: Vascos en Cuba. El autor de la obra: Aurelio Francos Lauredo, entrevista a diferentes vascos que dejaron su impronta en Cuba.
Una de las entrevistadas es María Luisa del Pilar Salsamendi Miranda, también conocida con el apodo de Chiki.
La entrevistada confiesa que para ofrecer un semblante de lo que ha sido su vida, la diáspora de su familia, recurre a la cesta-punta para tejer los hilos de esta historia de pelotaris.
El testimonio de Chiki recoge la visión de lo que fue el jai-alai a lo largo del siglo pasado. Grandes pelotaris, frontones majestuosos, viajes incesantes, matrimonios interculturales, guerras y cierre de frontones por diferentes razones. La diáspora siempre presente como telón de fondo.
La de Chiki es una historia de pelotaris. Su bisabuelo, abuelo, padre, tíos, hermano, sobrinos y primos… todos ellos fueron pelotaris profesionales de cesta-punta.

Empezando por su bisabuelo: Fermín Salsamendi Garayalde, nacido en Tolosa (Gipuzkoa). Y siguiendo con su abuelo paterno: José Luis Salsamendi Alberro.
Su padre fue el gran pelotari Salsamendi I, conocido también como El Profesor de las Ramblas, El Marqués de Barcelona, El Maestrito… De cuatro hermanos, fue José Luis, el padre de Chiki, quien más juego tuvo. No por eso se puede decir que el resto no destacara. Fernando, Salsamendi II; Isidoro, Salsamendi III El Jorobado. El cuarto fue Eusebio, Salsamendi IV. A propósito de este último me llama la atención la cantidad de apodos que coleccionó a lo largo de su carrera: Tribilin, El Tallarin, Don Quijote, Nimbus IV, La Araña, Avestruz, Jirafa, Pulpo, Flaco, El Inglés, Profesor Belvedere, Águila, Salami, Espantasuegras. Galgo…
¿Hay quien dé más?

Chiki Salsamendi nació en la Parte Vieja donostiarra, en la calle Aldamar, el año 1939. Vive en la actualidad en La Habana.
Su padre, José Luis, nació el 17 de febrero de 1917 en Barcelona. El mayor de los cuatro hermanos a los que he mencionado antes. Los cuatro fueron delanteros. Fernando nació en Bilbao, pero los otros tres en Horta, Barcelona, en la casa llamada: Nere Ametza, que construyeron sus padres. Recibieron buena instrucción academia, incluso José Luis y Isidoro aprendieron a tocar el piano.

A Chiki le viene a la memoria los tiempos de La Habana, a su padre tocando piezas al piano, reparto habanero: Náutico, Ay mama Inés, Lamento esclavo, Las perlas de tu boca… Drume negrita. “Papá interpretaba zarzuelas también: El caserío, La del manojo de rosas, Doña Francisquita…”

Por parte materna, sus abuelos fueron Concepción Gonzalez Foruria y Alberto Miranda Rodriguez, capitán de barco, ambos naturales de Filipinas, criollos de origen español.
Dos hermanas de la madre de Chiki, Trining y Mercy, estuvieron casadas con pelotaris vascos. Trining se casó con Germán Aguirre, de Deba. Mercy se casó con Gregorio Cazalis Izarri, de Markina, sobrino de Ricardo y Segundo Cazalis Areitio. (Resulta asombroso cómo se iba tejiendo la tela de araña pelotística).
El tío Fernando, Salsamendi II, se casó con Nilda Morlini, natural de la India, que conoció en Shanghai. Tuvieron tres hijos: dos nacidos en China y el má pequeño en Cuba. Fernando murió en Miami de enfisema pulmonar a la edad de 75 años.
Isidoro, Salsamendi III, después de terminar sus estudios de ingeniería, en 1937, debutó en el frontón de Miami, donde se casa con Lydia Ríus. Murió el año 1995 en México.

Alfonso López en su columna El Jai Alai Ayer y Hoy, lo describe así:
“Atleta perfecto. Hombre inteligente y culto, de fino sentido del humor, fue también un bohemio completamente fuera de serie, de los que creo yo, no volverá a haber, uno de los delanteros más grandes de todos los tiempos…”

El papá de Chiki, José luis, debutó en Bélgica, el año 1935, tenía 18 años. De Bruselas aceptó un contrato para jugar en Francia y después le contrataron para jugar en Shanghai. Con 22 años había jugado en España y Filipinas, en Shanghai y en Estados Unidos. Había estado en Japón, Manchuria, Corea, Hong Kong y Honolulu.

El año 1937 Fernando y José Luis viajan a China. Fernando juega en Tientsin y José Luis en Shanghai, en el Auditorium, situado en la Avenida del Rey Alberto, en la concesión francesa.

En un inciso de la entrevista Chiki nos recuerda que su abuelo paterno jugó en La Habana, en la década del diez y del 20. Fue intendente del frontón de Manila entre los años 1938 y 1941.

José Luis viaja de Shanghai a Manila, donde conoce a la madre de Chiki, se casan en diciembre del año 1938. Tiene que regresar a Shanghai a cumplir su contrato. Se reúnen en Shanghai y viven en la calle La Fayette.

El año 1939, cuando termina la guerra civil española, José Luis regresa a Manila y de allí continúa viaje a España. La madre de Chiki, desde Shanghai regresa a España por mar, en el Postdam, barco de una naviera alemana, sola y embarazada de Chiki, aunque en contacto con su marido por el sistema de radioaficionados.

En febrero de 1941 regresan a Manila, por mar, tocando puerto en San Francisco. Para cumplir contrato en el frontón de Manila. En diciembre de 1941 estalla la II Guerra Mundial. La Armada imperial japonesa había bombardeado Pearl Harbour. Al día siguiente Japón atacó, entre otros países, a Filipinas, desembarcando en Manila las tropas japonesas.
Chiki tiene 11 años, la guerra en Filipinas es terrible. Recuerda con claridad las escenas vividas, los bombardeos, la miseria y el hambre. Buscan refugio en Baggio, la capital, situada al norte… sobreviven como pueden.
Tras la guerra la casa de su abuela quedó intacta. Para poder enfrentar la posguerra abrieron el Café The Anthelope, que empezaron a frecuentarlo los pelotaris del Frontón Manila.

Regresan a San Sebastián. Un viaje interminable… después de unos meses en San Sebastián, se van a vivir a Barcelona. A casa de los abuelos.

En noviembre de 1947, viajan a Cádiz y allí embarcan en el Marqués de Comillas rumbo a Cuba. Dejando atrás un recorrido por cuatro continentes. Chiki recuerda el Frontón Jai Alai de La Habana, entraban por la calle Márquez González, una cancha de 64 metros, la presencia del intendente, los jueces, el repartidor de pelotas, del tanteador. Del ruido tan particular del frontón y los gritos de los corredores de apuestas; de la pelota ven su choque con el frotis y su sonido tan especial golpeando la cesta. Su bote sobre las cancha; del momento que salían los pelotaris para el calentamiento…
Pero sobre todo, los recuerdos que conserva de su padre en la cancha; de su habilidad y seguridad; de su impecable postura y colocación. Verlo jugar era un deleite y una orgullo para ella.

Eladio Secades, uno de los grandes periodistas deportivos de Cuba escribió crónicas memorables…
“Inspirado y buscando la pelota para realizar sus encestes maravillosos de bote pronto con la elegancia que lo caracteriza y lo ha hecho famoso en tres continentes… Salsamendi jugo el estelar de anoche sin haber cometido ni una sola pifia… debe de reconocerse que Salsamendi volvió a deleitar a la concurrencia con una conferencia de pelota vasca…”
“Salsamendi que todo lo absorbía, que todo lo aceptaba con su canasta mágica y diminuta… encesta lo que parece incestable, sino que después de parar con elegancia, voltea y sorprende a todo el mundo con lo que debió ser una jugada para no olvidar nunca. ¡Un remate precioso al ancho!»
Después del memorable mano a mano entre Salsamendi y Orbea I, el año 1955, a los cinco años, cierra el Jai Alai de La Habana.
Entonces a papá lo contrata nuevamente, con 46 años, el Frontón de México. Con esa edad, papá tiene que empezar de nuevo jugando con pelotaris mucho más jóvenes, y retoma su sueño del mar y la cacería. En 1963 se despide en México de su vida de pelotari. Era en Cuba, pienso yo, donde dio lo mejor de su juego, donde debió haberse retirado: pero las circunstancias lo llevaron a que fuese en México, donde fue acogido siempre con simpatía y respeto. En una de las ocasiones que jugó allá, en 1952, el periodista Benjamín Alarcón reseñó: “… Se despidió anoche, en medio de unan clamorosa ovación y seguido con las notas tristonas de Las Golondrinas El Maestro José Luis Salsamendi…” “… ahí ha quedado, en esa cancha que fuera teatro en otras épocas de grandes hazañas del Jai Alai, esa página gloriosa que “El Maestro” esculpió con su juego excepcional y, por ahora, único…”

Y Eladio Secades, al comentar su despedida en 1963, dijo: “… Al combinarse una estelar a base de Solana y Larrañaga contra Orbea y López, y tratándose de la función dedicada a decirle adiós a un pelotari de larga y brillante historia, desde ahora puede darse por descontado el lleno absoluto; que el local resultará pequeño. Coinciden en el cartel benéfico dos puntistas mexicanos de mucho juego y dos de los pelotaris extranjeros que más simpatías tienen y que más público han llevado al Frontón México en todas las épocas…”

En agosto del 2001 fallece en San Miguel de Allende, Guanajato, México, a la edad de 85 años.
El periodista Alfonso López a raíz de su muerte escribió esta sentida crónica:
“Fue durante muchos años el mejor delantero del mundo. Para llegar a ello tuvo que destronar, después de innumerables y encarnizados partidos en la cancha habanera de Concordia, a otro grande entre los grandes del jai alai de todos los tiempos, Estanislao Maiztegui Pistón. Su reinado de los cuadros alegres, aunque tal vez no de tantos años como el de Motrico, bastó y sobró para que su nombre, José Luis Salsamendi Lasheras, Salsamendi I, haya quedado inscrito para siempre en el hermoso libro de oro del frontón a cesta punta”.

En los año 50 Chiki comienza a jugar al tenis. Compite en Cuba, Florida, Puerto Rico y San Sebastián. Logró victorias importantes. Por el año 1958 lo deja por el squash-

En 1959 triunfa la Revolución Cubana. En 1960 se disuelve el matrimonio de sus padres. En 1961 él marcha definitivamente a México contratado por ese frontón; su hermano a España; su madre a Perú por una tiempo, después pasa una temporada en los EEUU y regresa a Cuba, definitivamente el año 1965.

Chiki se casó en 1961, nacen sus hijos Xavier y Mariana Coyula.
Viaja a México a visitar a su padre, en 1963 hace un segundo viaje con Xavier, embarazada de Mariana.
En 1963 empieza a trabajar en la institución cultural Casa de las Américas.

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