Cazalis II: Habla un Inmortal de la Pelota

A finales del año 1958 se celebró una gala especial en el frontón Habana-Madrid de La Habana. En ese festival seis pelotaris fueron incluidos en El Templo de la Posteridad. Cuatro de ellos: Navarrete, Segundo Cázalis, Eguiluz y Guillermo, estaban presentes. Erdoza menor y José María Gutierrez, fallecidos.

El periodista Eladio Secades entrevistó a Segundo Cazalis, que por aquellos tiempos trabajaba como corredor en la “Bombonera”, el frontón Habana-Madrid).

Dicha entrevista se publicó en la revista CANCHA, ese mismo año. Tengo en mis manos el original y de ella extraigo la entrevista porque, bajo mi punto de vista, tiene un valor excepcional ya que Cazalis menor, nacido en Xemein (Bizkaia), el año 1894, fue testigo y partícipe de buena parte del siglo XX en cuanto a jai-alai respecta.

 

Secades presenta a Cazalis II, de apodo el “Cachorro” y el “Cejas”, como uno de los grandes zagueros de todas las épocas: revesista formidable, jugador de tesón ejemplar, señor y amo de un bote-corrido como han existido pocos.

Cazalis menor debutó en el frontón Central de Madrid el año 1909. Con Navarrete coincidió al año siguiente en el “Condal” de Barcelona. Allí estaban también Arnedillo, Lizarraga, Trecet y entre los delanteros el “Fenómeno” Erdoza, Isidoro, Macala, el “Chepa” Irún y Joseíto Solimeno.

Para Cazalis II el zaguero más grande que él había conocido era Navarrete. “Nadie, en términos generales, ha jugado más que él. Nicasio Rincón “Navarrete” (Eibar, 1883), fue el verdadero dios de la pelota. En sus años pródigos, que fueron tantos, era casi invencible y daba gloria ver las cosas maravillosas que podía hacer en una cancha”.

Después de Navarrete, Guillermo.

“Guillermo superó a Navarrete en espectacularidad. Aparte de haber sido un pelotari tremendo, lo más notable en Guillermo era la furia, el colorido, la alegría con que se desenvolvía en la cancha. Yo concibo que un buen aficionado se privara de cualquier cosa imprescindible, aunque tuviera que dejar de comer y se gastara cinco dólares en una entrada por ver jugar a la pelota a Guillermo”…

¿Y Arnedillo?, le pregunta Secades.

“El Tanque” (José Tomás Bustinduy, Markina, 1882), responde enseguida Cazalis. “Fue un zaguero enorme. Por pocos pelotaris he sentido la admiración que Arnedillo despertó en mí. Con ciento dies kilos de peso y un instinto increíble para el deporte, Arnedillo fue durante veinte años el hombre que contuvo a Navarrete y que con Navarrete alternó con dignidad artística… Nicasio le concedía ventajas, pero muy pequeñas… Era revesista, de pegada limpia, de aguante fuera de lo común y con un dominio absoluto de la pelota. Zurdo como Guillermo.

¿Cual ha sido la verdadera edad de oro de la cesta-punta?

“La anterior a la mía. Yo siempre he dicho que jamás se jugó a la pelota como jugaron aquellos hombres que ya empezaban a decaer cuando aparecieron los puntistas de mi generación”.

¿Quiénes?

“Navarrete, Arnedillo, Trecet, Macala, Isidoro, Iraola, el mismo “Fenómeno” Erdoza, que ya se hizo sentir en el primer ciclo del Jai-Alai de La Habana”.

¿Iraola?

“Iraola”, vuelve a decir Cazalis. “Nadie se acuerda y los que lo conocieron no quieren acordarse de él… Su labor en la cancha no trascendió, ni hizo época, no dejó huellas gloriosas, porque en la vida privada dejó muchísimo que desear”.

¿Iraola era vasco?

“No, era argentino. El público en Barcelona lo adoraba y pedía que volviera a jugar cada vez que lo echaban por razones de disciplina. Tuvieron que echarlo muchas veces”.

¿Otros zagueros grandes?

“Gutierrez y yo”, añade con sinceridad encantadora. “La modestia excesiva es hipocresía. Yo creo que Gutierrez y yo jugamos a la pelota como los que más hayan jugado. Nadie podría calcular a dónde hubiera llegado Gutiérrez, de respaldar las facultades que poseía con la vida de sacrificios que debe hacer un atleta. Derrochando la salud como derrochaba el dinero, fue un pelotari que siempre tiene que ser recordado entre los grandes”.

¿Tus mejores temporadas?

“En La Habana, entre los años 1920 y 1924; en México en 1925 y 1926. Me sentía en plenitud de forma cuando en la Ciudad de los Palacios Irigoyen mayor y yo les ganamos tres de cuatro partidos seguidos a Ituarte y Guillermo”.

¿De los zagueros que vinieron después?

“Berrondo sacó un juego grande. También me impresionó mucho Ermua en corto tiempo, y más tarde Guara mayor, cuando acababa de llegar de España”.

Por supuesto que tú le concedes un trono aparte al “Fenómeno” Erdoza entre los delanteros.

“Erdoza era incomparable. Era sobrenatural. Lo que él legó al deporte, no admite punto de comparación”.

¿Después de Erdoza?

“Ya el tema se presta a consideraciones y preferencias. Para mí, después de Erdoza, el delantero que más juego tuvo en términos generales, fue Isidoro”.

¿Cómo describes su estilo?

“Tenía excelente remate, buen costado, dominaba siempre al sacar, era seguro y rendía un trabajo que desesperaba y agotaba al contrario”.

Algunos consideraban que Irigoyen mayor jugó más de lo que llegó a jugar Isidoro.

“Para mí, no. Irigoyen tenía días inspirados y entonces atropellaba a cualquiera. De enero a enero, de comienzo a final de temporada, Eguiluz fue más que él”.

¿Cómo sitúas en la historia del jai-alai a Pistón y a Ituarte?

“Los dos hubieran sido figuras destacadas del deporte vasco en cualquier época”.

¿De los de ahora?

“Orbea es un señor delantero”.

Si te pidieran que señalaras a los dos rematistas más brillantes de cuantos han existido.

“Me quedaría con con el jorobado Irún y con Miguel Zabarte”.

¿Por encima de Ituarte?

“Como rematista sí”.

¿Y Macala?

“Macala fue un batallador infatigable. Ayudaba al zaguero iba a la pelota con un coraje contagioso. Jugaba a gritos. Yo creo que en Cuba el público no ha adorado a ningún pelotari como lo adoraba a él”.

¿Qué cantidad de juego tuvo Irún?

“El juego que nadie podía calcular. Era flojo, atrozmente flojo, tenía la dificultad de la joroba, pero, ¡vaya sentido para jugar a la pelota! Ponía la bola donde no estaban los contrarios. Remataba a medio centímetro de la chapa y con precisión que resultaba imposible de superar. Yo recuerdo una vez alguien comentó en el cuarto de un frontón, lo que hubiera sido el “Chepa” con un poco de más fuerza. Enseguida saltó Arnedillo: “si tuviera un poco de más fuerza, sería peor para él, porque no tendría contrarios y tendría que dedicarse a otra cosa”.

¿Alguna anécdota de Irún?

“Cuando se retiró en México, allá por el año 1922, le pidió al intendente que lo pusiera conmigo. Jugamos él y yo contra Eloy y Marcelino. Antes de empezar me dijo: “Cachorro”, quiero despedirme con dignidad. Vamos a cambiar las pelotas para que no se calienten, levanta con el revés, que dominando tú, yo podré rematar”.
Aquella noche Irún le dijo adiós al público de México con 17 remates que hicieron enloquecer de emoción a la concurrencia”.

¿Los pelotaris más seguros que has visto?

“Segundo en los cuadros delanteros y Gómez en la zaga. Segundo fue un jugador inmenso”.

¿Te sientes orgulloso de ver tu nombre exaltado a la Galería de los Inmortales?

“Puedo decirte que ahora que estoy viejo, ahora que hace 22 años que colgué la cesta para siempre, recibo la alegría mayor de mi vida”.

Segundo Cazalis, «Cazalis menor», falleció en La Habana el año 1959, justo al año de ser incluido en El Templo de la Posteridad.

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