¿Por qué Hemingway no escribió: «Jai-alai, Fiesta alegre»?

Mi querido Bandini. Acabo de terminar de leer uno de tus relatos: `Los pecados de la madre´ y te juro que he disfrutado tanto como cuando veía jugar en Barcelona a Egurbide, Ondarrés y a Chimela juntos. Qué retrato psicológico, qué maestría a la hora de reflejar las interioridades de las familias ítalo-americanas. Con las dos últimas páginas me han saltado las lágrimas como cuando Ondarrés entraba a bote-pronto y Chimela soltaba un bajonazo, un tiralíneas a dos metros del fleje inferior, y la pelota mordía la chula y besaba el piso para morir poco después. Continue reading

«Toñito»

Bandini, hoy te voy a hablar de un pelotari que en Zaragoza era conocido como Echeverria; en Tampa como Soriano. Todos, sin embargo , le llamaban “Toñito”. Lo del diminutivo sonaba a grotesco porque la criatura pesaba más de cien kilos y medía casi los dos metros. No era un adonis ni su fisonomía se asemejaba a una escultura griega. Algunos jodedores del cuadro, había unos cuantos, decían que su cuerpo era algo parecido a una botella de Coca-Cola. Un día de Halloween se disfrazó de uno de los miembros de la familia Addams y arrasó.
Había algo más sobre “Toñito”. Era el pelotari más popular del cuadro, el que más público tenía, más que Bolíbar, que ya era un decir. Continue reading